miércoles, 15 de agosto de 2012

Golpea contra el vidrio como una chispa brillante y de a poco se desliza. Marca un camino encorvado, que nunca se acaba, y solo termina cuando el sol vuelve a salir. Pero aún existe... aún queda ese rastro opaco que solo se deja vislumbrar con algunos rayos que se animen a mostrarlo. Y aunque digan que ya nada quedó de aquellas aguas que mojaron el paisaje, siempre va a haber ojos que puedan realmente ver lo que la tormenta dejó. 

jueves, 2 de agosto de 2012

Te odio. Es muy difícil esto. No sé qué hacer. Me ponés de mal humor... Sí vos me ponés de mal humor, pero yo genero eso. Porque lo que me irrita ni siquiera es el hecho de extrañarnos tanto, sino no poder saludarte normalmente, no poder estar parada a tu lado como una persona coherente, no poder mirarte porque me caigo, no saber qué decirte ni cómo reaccionar, ni como actuar... Yo me pongo nerviosa, y me dan ganas de apretdfhgkhdfgkd. No sé, odio ser tan débil, sentirme así. Sé que no soy débil, pero al lado tuyo me siento una cosa insignificante y odio esa sensación. Odio sentir que me ganás en todo y que no puedo hacer nada, que se me escapa la voz y que el aire no me alcanza si quiero correr. Y que cuando me mirás siento que se para el tiempo y eso no va más, no me quiero sentir más así y no quiero sufrir por nada ni nadie. Y me odio por odiarte, en realidad no te odio, es esta situación horrible la que me pone mal y quiero salir de ahi. No sé, cómo, ni a qué costo pero no quiero estar más así y no tengo ni la más mínima pista de como hacer ni de qué pensás. No sé, estoy muy nerviosa y quiero irme a otro lado donde nadie me conozca.